lunes, 25 de agosto de 2008

Conoce Sobre lo DRM

Puede resultar paradójico pero, según los últimos datos recogidos en Europa, USA y ahora en Latinoamerica este año, la principal arma de difusión de los DRM es la misma que los está matando: la ignorancia de los consumidores.

(De hecho, si no son del tipo computín, tecno-libertarios o Rigiosos a estar en una computadora todo el dia, es probable que no tengan la menor idea de lo que estoy hablando).

Pues bien, para quienes aún no han tenido el desagrado de conocerlos, los DRM(Digital Rights Management) o sistemas de protección de contenidos- son candados digitales que se suelen agregar a cada canción, película o libro que compras por Internet o un teléfono móvil.

De esta forma es la empresa -no nosotros los cibernautas- quién decide cómo, cuándo y dónde puedes usar el material que has pagado.

Maravilloso, ¿no?

El sistemita nació por una causa razonable: evitar la piratería. Sin embargo y tal como las propias empresas fabricantes de DRM reconocen, sus productos están siendo mal usados por la industria, por lo que acaban fastidiando al cliente al impedir usos legítimos -como grabar canciones en un CD o ver un DVD no-compatible- mientras los piratas siguen haciendo su vida tan campantes.

¿Quieres escuchar tu música en tu reproductor de MP3? Lo sentimos, no es compatible con nuestro DRM. ¿Quieres compartir ese álbum con tu novia? Lo siento, hay DRM. ¿Quieres oír esa canción en tu PC usando tu reproductor favorito? Lo lamento, sólo trabajamos con Windows Media Player.

(Ni soñar con usar en Linux).

El problema del desconocimiento es preocupante. Según una encuesta realizada por EMR en 2006 en Boston, más del 50% de los compradores de música en línea jamás habían escuchado hablar de los DRM, cifra que al menos en 2007 se redujo a 37%… y eso que hablamos de USA (osea, ellos todo lo saben jajajajaja).

Peor aún, en marzo pasado la subsidiaria de Deutsche Telekom, Musicload, reconocía que un 75% de los problemas que sufren sus clientes se deben a los DRM incluídos en sus canciones, situación que no pueden solucionar ya que los sellos les exigen agregarlos.

Ahora, quizá estas cifras y problemas nos suenen ajenos, es decir desconoscamos esto totalmente. Después de todo, Nicaragua y el resto de Latinoamerica son países donde el comercio electrónico no está desarrollado, mientras que la piratería es un deporte nacional, ¿verdad?

Pues esto sólo hace aún más irónico que quienes se “atreven” a comprar música legalmente, terminan pagando las consecuencias de no haber seguido -como todos- el camino de la ilegalidad. Asi que si son piratas sientanse bien jejejejeje.

Y para muestra, les dejo una anecdota de un amigo que le sucedio algo similar ya veran.

MallMusic: Bienvenido a la frustración digital

Hace 2 semanas, un amigo me conto lo que le habia sucedido por eso decidi hablar sobre este tema el se llama: NELSON CARDENAS, el decidió visitar MallMusic.cl en busca del último álbum de Sinergia. Como tantos otros usuarios jamás había escuchado sobre los DRM y el sitio tampoco le facilitó el aprendizaje.

¿La razón? Sus restricciones están regidas en una legalidad de “términos y condiciones de uso“, mientras que toda referencia previa al proceso de compra se limitaba a esto y en ocasiones críptico mensaje:


MallMusic

esto es lo que dice la nota, para que lo leean mejor...

MallMusic - Detalle

Algo que en castellano simple debería decir:

  • Deberás validar en línea cada canción antes de oírla.
  • No puedes grabarlas como un CD de música.
  • Sólo puedes realizar 3 copias de cada canción.
  • Sólo funcionará en tu PC con Windows Media Player (WMP).
  • Sólo funcionará en tu teléfono si es compatible con WMP.

Comprendiendo sólo parte de las restricciones -pero asumiendo que 3 copias eran suficientes- Cristian compró las 12 canciones del álbum. Tras la descarga vino la primera sorpresa: no podía abrirlas en Winamp, su reproductor de música. Para escucharlas estaba forzado a usar Windows Media Player (WMP).

Pese a que no le agradó la idea siguió adelante, sólo para toparse con una 2º sorpresa: de las 12 canciones que compró, 3 no validaban. WMP sencillamente se negó a darle acceso, sin detallar el problema.

Windows Media Player - Adquirir Licencia

Al comunicarse con el soporte de MallMusic, mi amigo aún no perdía su capacidad de asombro: para resolverlo, el encargado del sitio le pedía que le enviara su nombre de usuario y contraseña, algo no sólo innecesario en cualquier sistema medianamente bien programado, sino que va contra todas las normas del comercio electrónico, que repiten hasta la saciedad a los clientes que jamás revelen sus contraseñas - ni siquiera a empleados de dicha empresa.

Desde luego, Nelson se negó. La respuesta fue de antología:

nosotros podemos saber cual es su usuario y contraseña pero necesitamos que el titular nos autorize y nos la de para saber que realmente estamos hablando cone el usuario dueño de la cuenta, con esos datos podemos ingresar y revisar su cuenta y las pistas en que estado estan cuantas veces se bajaron etc…..

Saludos.
Juanita Pérez

En otras palabras, MallMusic estaba revelando sin tapujos que los datos de sus usuarios no permanecen cifrados, sino que están a vista y disposición de los empleados de la firma es decir de la empresa. Una transgresión grave tanto a la seguridad como a la privacidad de los clientes.

Nuevamente mi amigo se negó. Desde entonces la única respuesta que habia recibido del soporte de MallMusic han sido 5 mensajes con “ok” como único contenido (un símil digital a que el vendedor se de vuelta y te diga “sí, sí hombre, ya deje de joder”).

Para rematar la historia, Nelson probó a traspasar las canciones a otro computador o a escucharlas en su reproductor de MP3, un Sony NWA3000.

Ninguna canción funcionó.

“Ya han pasado casi 2 semanas y sigo sin poder escuchar el disco completo como esperaba […] Compro algo y no puedo utilizarlo correctamente, y la empresa no es capaz de responder a través de buen soporte para solucionarlo. Ahí esta la opción de comprar música legalmente”, concluyó.

Por mi parte, escribí hace una semana a MallMusic intentando conocer su versión del tema. No obtuve respuesta.

“Mejor hubiera bajado el disco pirateado”, me comentaba Nelson.

Sería difícil no darle la razón.

Un mundo sin DRM

Fuera de los problemas técnicos más el pésimo soporte que algunos sitios web Latinoamericanos continúan dando -y que los pone más cerca de un puesto de frutas que de un servicio web 2.0- la pregunta principal aquí es… ¿cuál es la necesidad de los DRM?

¿Por qué debo admitir en un producto por el que he pagado, una restricción que limita las formas legítimas en que puedo usarlo?

Díganme, ¿aceptarían comprar una chaqueta cuyas “condiciones de uso” son no prestársela a un amigo, no ponérsela junto a pantalones de otra marca y no usarla fuera de la ciudad donde fue comprada? Es absurdo.

Digámoslo con todas sus letras: DRM es sinónimo de restricción. DRM es sinónimo de abuso. Nadie debería adquirir canciones, películas o libros con DRM no sólo por sus inherentes fallos técnicos o porque limitan nuestras opciones legítimas como consumidores, sino porque estamos entregando una señal equivocada a la industria.

Les estoy diciendo que apruebo su forma de hacer negocios, de condicionar y limitar nuestro acceso a la información y la cultura, atropellando nuestros derechos nada menos que con el auspicio… de nuestro propio dinero.

Y eso es francamente inaceptable.

Puedes leer más sobre los DRM en los artículos de El Diablo en los Detalles, en DRM.info o en la campaña de la Electronic Frontier Foundation.
Tras hacerse pública esta situación, MallMusic se puso en contacto con Nelson y le ofreció una versión completa del álbum, esta vez en formato MP3 y sin DRM. Lástima que se deba llegar a estas instancias para arreglar una situación que podía resolverse tan fácilmente.

Gracias y bueno yo seguire publicando cosas que nos sirvan a todos los cibernautas

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